Kim Ramsey, de 44 años, tiene una condición médica que la hace sentir constantemente excitada. Al más mínimo movimiento de pelvis, puede desencadenar un orgasmo en ella.
Tal es así que Ramsey apenas puede realizar su trabajo -es enfermera- porque apenas moverse, atender a un enfermo o hacer las tareas domésticas desencadenan en ella "un final feliz".
El mal es conocido como excitación genital persistente (TEGP) y, según los médicos, es incurable.
Todo comenzó con un accidente en 2001 cuando, la mujer cayó por las escaleras de su casa. Según los especialistas, el golpe pudo haber originado un quiste de Tarlov en su columna vertebral, el punto donde se origina el orgasmo de una mujer.
"Otras mujeres se preguntan cómo tener un orgasmo, yo me pregunto cómo detener los míos", confesó la mujer a The Sun.
El problema mayor es que la excitación y el dolor podrían terminar con su vida ya que su corazón podría no resistir tanta emoción.
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